El apagón que encendió la oportunidad.

Representación de las dos opciones energéticas

No Data no Party. Substack.com

El 28 de abril de 2025, a las 12:33 del mediodía, se fue la luz en buena parte de España. Y el CIS, rápido y fino, lanzó una encuesta flash que, más que medir un apagón, radiografió un país entero.

Y lo que mostró esa encuesta tiene mucho más que ver con el futuro de Andalucía que con una simple interrupción eléctrica.

El CIS lo deja claro: miedo, desinformación y una ciudadanía que pide soluciones.

Los datos hablan solos:

🔹 El 21,5% de la población sintió miedo real durante el apagón.
🔹 El 62,1% se volcó en la radio para saber qué estaba pasando (sí, la radio).
🔹 Un 44,2% pide modernizar ya la red eléctrica y un 41,7% exige más inversión en infraestructuras críticas.
🔹 Y atención: el 59,6% cree que el Gobierno de España no dio información suficiente, especialmente sobre las causas del apagón y sobre cuándo volvería el suministro.

¿Conclusión? El sistema no solo colapsó técnicamente. Colapsó socialmente. Y la gente, entre susto y apagón, lo que más echó de menos no fue cargar el móvil… sino certezas.

¿Y si la solución no es la nuclear?

Como era de esperar, algunos ya están desempolvando el viejo debate: “Reactiven las nucleares”, dicen desde ciertos sectores. Volvemos a las guerras ideológicas…¿chapoteamos de nuevo? Pero… ¿De verdad tiene sentido eso en la Andalucía de 2025?

Andalucía no solo no necesita centrales nucleares. Para empezar, no tiene ninguna. Andalucía está en condiciones de exportar energía limpia al resto de España y Europa. Porque, mientras otros discuten, aquí llevamos trabajando desde 2019 en serio, sin ruido, pero con mucha energía.

Y aquí van los datos:

Hemos duplicado la potencia renovable instalada en solo cinco años, alcanzando los 11.803 MW.
✅ El 20% de toda la energía renovable que se tramita en España es andaluza.
✅ Hay en marcha más de 22.800 millones de euros en proyectos de renovables.
✅ Y ya generan 47.000 empleos directos.
Andalucía lidera además el desarrollo del hidrógeno verde, con 23 iniciativas clave agilizadas por la Unidad Aceleradora de Proyectos que puso en marcha la Junta de Andalucía y que van a mover 5.300 millones de inversión y crearán 17.700 empleos.

Biomasa, termosolar, fotovoltaica, biogás, hidrógeno… Si hay una región que tiene energía para dar y (no) regalar, esa es Andalucía.

Pero aquí viene el problema: tenemos la energía, pero no cómo sacarla

Este es el gran agravio:
Andalucía genera energía renovable de forma masiva, pero no puede evacuarla por falta de infraestructuras. Así de claro. ¿El resultado de 40 años de inmovilismo político o falta de inversión? Llámalo como quieras pero se abre un debate con un sesgo político importante que puede movilizar a una parte del electorado en pro o en contra: la polarización solo beneficia a quien ya sabemos.

La densidad de red eléctrica en Andalucía es la mitad que la media de España:

  • Solo 712 km de red de transporte eléctrico, frente a los 1.231 km del promedio nacional.
  • Esto significa que proyectos de renovables no se pueden conectar, industrias no pueden crecer, y miles de familias sufren limitaciones energéticas.

Y lo peor: el Gobierno de España solo financia el 2% de las inversiones que Andalucía necesita. El Plan Nacional de Redes Eléctricas 2021-2026 ha ignorado casi por completo las demandas de nuestra tierra. Así de simple, así de claro como diríamos si esto fuera un anuncio para la tele.

Por si fuera poco, muchas de las inversiones previstas en el plan ya estaban recogidas en planes anteriores y no se ejecutaron. PSOE, gracias.

Y se han retirado proyectos clave, como el cierre del anillo eléctrico de Sevilla o los refuerzos para zonas mineras en Huelva y Córdoba.

No es una queja técnica. Es una desigualdad flagrante que impide a Andalucía crecer al ritmo que puede y merece.

Andalucía puede liderar el modelo energético de toda España

Frente a los que piden mirar atrás con soluciones del siglo XX, Andalucía ya vive en el siglo XXI. Y la ciudadanía lo sabe: el apagón del 28 de abril nos enseñó que la gente quiere seguridad, autonomía, energías limpias y respuestas ágiles.

Andalucía está preparada para ser la primera potencia verde de Europa, pero necesita lo que cualquier sistema necesita para funcionar: una buena red y un trato justo.

Porque no se puede pedir a esta tierra que sea el pulmón energético de España y a la vez negarle los tubos por donde respirar.

Y sí, somos luz, pero no queremos seguir en la sombra. Otra cosa es que este liderazgo energético no interese a determinados sectores, incluido el Gobierno de España. Por razones obvias.

  1. El apagón reveló vulnerabilidad… pero también madurez social.
  2. Andalucía es ya líder en renovables, sin necesidad de energía nuclear.
  3. Lo que nos frena no es la capacidad, es la discriminación infraestructural.
  4. El Gobierno central tiene la oportunidad (y la obligación) de corregir ese agravio.
  5. Porque el futuro energético no se construye con nostalgias, sino con sol, viento y justicia territorial.

Así que la próxima vez que alguien pregunte si hay que volver a la nuclear, dale este dato:

En solo un año y medio, Andalucía ha captado más de 6.700 millones en inversión industrial ligada a las renovables.

Esa es la energía que queremos.

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