Robert Stevens, Wsws.org
Los trabajadores se declararon en huelga el martes 14 de octubre en lo que fue la tercera y más grande huelga general de este año contra los planes del gobierno de coalición derechista de Bélgica de recortar el gasto público mientras finaliza el presupuesto para el próximo año.
Para ahorrar miles de millones de euros, el gobierno del primer ministro Bart De Wever busca aumentar la edad de jubilación a 67 años para 2030—y aumentar la cantidad de días trabajados por los belgas por año antes de poder jubilarse. Según estimaciones del servicio de pensiones de octubre de 2025, este cambio haría que los trabajadores pierdan en promedio 318 € al mes en sus pensiones.
Otro eje central de los recortes es limitar el derecho al subsidio de desempleo a solo dos años. Se preparan también otros recortes, incluidos al apoyo infantil y al financiamiento del sistema de salud, además de un aumento al impuesto al valor agregado (IVA).
También están previstos ataques contra las protecciones laborales y una congelación de la indexación salarial, medidas que afectan de forma abrumadora a la clase trabajadora, especialmente a quienes reciben los salarios más bajos y a los trabajadores por turnos.
El gobierno intenta recortar el gasto público entre 10.000 y 20.000 millones de euros para 2029 con el fin de reducir el déficit federal por debajo del objetivo del 3 por ciento impuesto por la Unión Europea. De Wever declaró que un recorte de 10.000 millones de euros sería “lo mínimo requerido” por la Comisión Europea, aunque “más sería mejor, si es posible”.
El gobierno se niega rotundamente a aumentar los impuestos a los súper ricos y a los sectores más acomodados.
Bélgica también busca aumentar el gasto militar para cumplir con sus compromisos con la OTAN. En julio, el gobierno anunció un programa de gasto militar de 33.800 millones de euros que cubre desde 2026 hasta 2034. Esto desbordó su plan anterior para que el gasto en defensa alcance el 2 por ciento del PIB para 2029, partiendo del 1,3 por ciento cuando la coalición asumió el poder.
El gobierno de cinco partidos de Bart De Wever, nacionalista flamenco, asumió el poder a principios de febrero tras meses de negociaciones, luego de las elecciones federales de junio del año pasado. La llamada “coalición Arizona”—por los colores de los partidos, que coinciden con los de la bandera del estado de Arizona, EE.UU.—está compuesta por tres partidos de la región de Flandes de habla neerlandesa: el conservador N-VA de De Wever, los demócrata-cristianos centristas y el socialdemócrata Vooruit (Adelante). También incluye al demócrata.cristiano Les Engagés y al Movimiento Reformista derechista de la región valona francófona.
La agenda de guerra de clases del gobierno se ha enfrentado a una oposición sostenida, con al menos 88 días de huelga solo en lo que va del año. Estas incluyen importantes huelgas nacionales los días 21 de febrero, 31 de marzo (huelga general), 29 de abril (huelga general), 22 de mayo y 25 de junio.
La huelga de este martes fue convocada por las tres mayores federaciones sindicales: la Confederación de Sindicatos Cristianos (ACV/CSC); la Federación General del Trabajo de Bélgica (FGTB/ABVV); y la Confederación General de Sindicatos Liberales de Bélgica (CGSLB/ACLVB). Su membresía combinada es de aproximadamente 3,5 millones.
La paralización fue, según Politico, “la mayor manifestación de trabajadores en una década” en Bélgica, desde que 100.000 personas salieron a las calles durante una huelga en 2014. Aunque circularon algunos trenes, la mayoría de las líneas de metro, autobús y tranvía en Bruselas fueron suspendidas. También se registraron grandes alteraciones al transporte en las regiones valonas y flamencas.
Todo el tráfico marítimo en el segundo puerto más grande de Europa, Amberes, fue suspendido. Según la BBC, “más de 100 barcos esperaban permiso para atracar en tres puertos del mar del Norte, conforme a los datos del organismo marítimo y costero belga MDK”.
Los aeropuertos también se vieron afectados: se cancelaron todas las salidas y alrededor de la mitad de las llegadas en el aeropuerto internacional de Bruselas. En el aeropuerto de Bruselas Sur Charleroi, todos los vuelos fueron cancelados.
La Agencia Flamenca de Servicios Educativos informó que casi 10.000 (9.873) docentes y personal de apoyo flamenco participaron en la huelga. También se sumaron recolectores de basura y trabajadores administrativos. Aunque los tribunales de Bruselas, Brujas y Amberes pudieron operar, los juicios fueron pospuestos en varias otras localidades, incluyendo Mechelen, Lovaina y Dendermonde, por falta de personal.
Hasta 140.000 personas se manifestaron en Bruselas durante el día. Politico informó: “Varios manifestantes llevaban carteles y pancartas con la palabra ‘boucherie’ (carnicería, en francés), un juego de palabras con el apellido de Georges-Louis Bouchez, el jefe liberal francófono, cuyo partido de centro-derecha Movimiento Reformista (MR) forma parte de la coalición gobernante”. Otros representaban al primer ministro De Wever y a Bouchez como carniceros con cuchillos.
Un grupo de huelguistas portaba una gran pancarta que decía: “salud social: vital”.
Se vieron manifestantes con un cartel hecho a imagen de una señal de tráfico mostrando el número 67 con una raya roja en señal de protesta contra el aumento de la edad de jubilación. La BBC entrevistó a Anaïs, de 29 años, quien dijo: “65 ya es suficiente. 67 es demasiado tarde. Se nos pide trabajar más y durante más tiempo. No es justo. Ya era hora de que nos uniéramos… Siempre es la misma parte de la población la que tiene que apretarse el cinturón”.
Los manifestantes enfrentaron una brutal represión policial y decenas fueron arrestados. La policía usó gas lacrimógeno y cañones de agua en el lujoso bulevar Pachéco.
Politico informó que Rafael, un trabajador postal con los ojos irritados por el gas, dijo: “Simplemente marchábamos pacíficamente, y de repente hubo bombas de humo y policía. No lo entiendo. Por tal vez diez alborotadores… gasearon a toda la multitud, ancianos, niños… Fue una vergüenza, una absoluta desgracia”.
“O en vez de resolver el problema, preferimos gasear a toda la población que ejerce su derecho a huelga”, dijo otra participante.
Organizaciones que ayudan a personas sin hogar y solicitantes de asilo, quienes han sido duramente afectados por recortes presupuestales, participaron en la manifestación.
La huelga recibió amplio apoyo de los jóvenes. el Brussels Times señaló que “se vio a estudiantes del edificio universitario IHECS aplaudiendo a los manifestantes mientras bajaban por la Rue des Alexiens”. Los estudiantes han sido golpeados por aumentos en las tasas de matrícula.
El diario citó las declaraciones de Izabella (19) y Nora (21), “parte del sector joven que protesta hoy” en Bruselas. “Se sienten ‘bloqueadas’ económicamente, especialmente en lo que respecta a sus estudios. ‘No es momento de rendirse… necesitamos sentir esperanza en el futuro, porque nosotros somos el futuro’, dijo Nora”.
El movimiento militante en Bélgica forma parte de una lucha de la clase obrera en todo el continente. En las últimas semanas ha habido huelgas generales y protestas masivas en Grecia, Italia, España, Francia, Alemania, Países Bajos y Reino Unido, a medida que crece la oposición contra los gobiernos que imponen recortes, atacan los derechos laborales, apoyan el genocidio en Gaza y se preparan para derrochar enormes recursos sociales en guerras de conquista.