Sin duda, 5,4 millones de valencianos y valencianas merecen más, mucho más, que el humo de los gestos y de las palabras efímeras, pronunciadas en torno a la dimisión relativa de Mazón y de si hay que encarcelarle como se merece. Pero, más allá de las cuestiones institucionales y electoralistas que se dedican a propalar los medios de comunicación y algunos partidos, como en particular -desgraciadamente- el PCE, hay una serie de aspectos esenciales de la situación política y social valenciana que conviene destacar, así como del papel a jugar por la izquierda en este mismo ámbito: seguir luchando y promover los Comités Locales de Emergencia y Reconstrucción (CLERs).
Sin embargo, el escrito publicado por Mundo Obrero (PCE-IU) resta protagonismo a las movilizaciones que se vienen produciendo durante todo el año transcurrido, atribuyendo la dimisión a la presión jurídica, mediática y de su propio partido, además de la “social”.
Segundo, nada se dice de que la responsabilidad de lo sucedido va más allá del President Mazón e incluye al gobierno español y demás instituciones públicas competentes, como los dos Ministerios del ramo, la Confederación Hidrográfica y las administraciones. locales.
Tercero, se habla de crisis política sucesoria reforzando la idea electoralista tramposa de que hay que hacer un frente antiVox, en lugar de insistir en la necesidad de seguir luchando por la reconstrucción (además de pedir responsabilidades judiciales) y por el desarrollo de otras políticas contra el deterioro de lo público y la crisis climática.
Consecuencias obvias de tales “omisiones”: en lugar de reconocer y de defender las exigencias poblacionales de respuestas concretas y de responsabilizaciones justas y debidas, el PCE e IU se limitan a lo electoral-institucional.

