Gary Wilson. Struggle.org
Israel lanzó una ola masiva de ataques aéreos contra Irán el 12 de junio. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, declaró que la operación continuaría durante días.
Los ataques han tenido como objetivo instalaciones nucleares e infraestructura militar. Irán ha estado desarrollando capacidades de energía nuclear para la generación de electricidad, isótopos médicos e investigación. La energía nuclear proporcionará a Irán independencia energética e impulsará su desarrollo económico.
Principales novedades
- Explosiones en Teherán: El humo se elevó sobre la ciudad después de que los ataques alcanzaran múltiples objetivos, incluidos complejos de viviendas de gran altura.
- Asesinato del jefe de los Guardianes de la Revolución Islámica: Los medios estatales iraníes confirmaron el asesinato del jefe del Estado Mayor de los Guardianes de la Revolución Islámica, Hossein Salami, en un ataque israelí. Se reportaron decenas de víctimas.
- Coordinación entre Estados Unidos e Israel: El ataque siguió a una discusión sobre los planes de ataque entre Netanyahu y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a principios de esta semana, según The Wall Street Journal. Trump dijo que Israel tiene equipo militar letal fabricado por Estados Unidos y que «saben cómo usarlo».
Fondo
Estados Unidos e Israel se han preparado durante mucho tiempo para un ataque de este tipo, que podría desencadenar una guerra regional. En los últimos 18 meses, Estados Unidos ha reforzado su presencia en Asia Occidental con tropas, buques de guerra y sistemas de defensa antimisiles adicionales.
El New York Times informó el 16 de abril que Israel, trabajando en estrecha colaboración con el Pentágono, había desarrollado un plan para atacar a Irán. Los planes requerían la ayuda de EE.UU. «no solo para defender a Israel de las represalias iraníes, sino también para garantizar que un ataque israelí tuviera éxito, convirtiendo a EE.UU. en una parte central del ataque en sí».
El Times informó que el general Michael E. Kurilla discutió cómo Estados Unidos apoyaría un ataque israelí. El general Kurilla, con la bendición de la Casa Blanca, comenzó a trasladar equipo militar a Asia Occidental. Un segundo portaaviones, el Carl Vinson, se encuentra ahora en el Mar Arábigo, uniéndose al portaaviones Harry S. Truman en el Mar Rojo. Estados Unidos también trasladó dos baterías de misiles Patriot y un sistema de defensa de área terminal de gran altitud, conocido como THAAD, a Asia Occidental. Alrededor de media docena de bombarderos B-2 capaces de transportar bombas de 30.000 libras esenciales para destruir el programa nuclear subterráneo de Irán fueron enviados a Diego García, una base insular en el Océano Índico.
El informe del Times dice que funcionarios estadounidenses dijeron en privado que el armamento era parte de la planificación para apoyar a Israel en un conflicto con Irán. Incluso si Estados Unidos decidiera no autorizar a los aviones a participar en un ataque contra Irán, Israel sabría que los cazas estadounidenses están disponibles para defenderse de los ataques de un aliado iraní. Había señales de que el señor Trump estaba abierto al apoyo de Estados Unidos a la acción militar israelí contra Irán».
Contexto más amplio
La afirmación del gobierno israelí de que estos ataques son actos de «autodefensa» es una mentira transparente. El verdadero objetivo es destruir cualquier fuerza en la región capaz de resistir la dominación estadounidense e israelí, asegurar las ganancias de los monopolios petroleros y los fabricantes de armas, y aplastar las aspiraciones de las masas palestinas, iraníes y árabes de desarrollo económico, autodeterminación y justicia social.
El ataque se produce mientras Estados Unidos continúa imponiendo brutales sanciones económicas a Irán, luego de que Trump abandonara el acuerdo nuclear con Irán en 2018. Estas sanciones son en sí mismas actos de guerra, diseñados para matar de hambre al pueblo iraní y someterlo y allanar el camino para la intervención militar.
Mientras tanto, la administración Trump ha desplegado miles de tropas de combate en el país y está preparando un desfile militar masivo en Washington, una clara señal de su voluntad de usar la fuerza tanto en el extranjero como contra la clase trabajadora en este país.