El socialismo es un camino de sentido común hacia unos Estados Unidos más justos, más prósperos y más democráticos. Así comienza el folleto divulgativo del Partido sobre el modelo alternativo de sociedad y país por el que luchan los comunistas estadounidenses…
Cpusa.org
Por unos Estados Unidos Socialistas
LO QUE HACEMOS …
En este momento, el 99% de los estadounidenses comparten el trabajo de producir todos los productos y servicios de nuestra economía. Trabajamos juntos en persona o en línea. Trabajamos en fábricas y oficinas. Trabajamos en escuelas y tiendas. Trabajamos en laboratorios y en hospitales. Y trabajamos en granjas y obras de construcción.
¡SE LO LLEVAN!
Pero, cuando se trata de cosechar los frutos de este trabajo colectivo, las cosas se ponen patas arriba. Lo que ha producido el trabajo conjunto de millones de estadounidenses termina siendo propiedad de un puñado de multimillonarios. Esos mismos multimillonarios, sin que el pueblo estadounidense lo diga, toman todas las decisiones. Tienen la decisión de recortar las pensiones, cerrar escuelas, enviar empleos al extranjero y contaminar el medio ambiente.
¡UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE!
En una economía socialista, las cosas se ponen al revés. La propiedad y el control de los medios de producción estarían en manos de quienes realizan el trabajo. Como resultado, aquellos de nosotros que producimos, el 99%, tomaríamos estas decisiones importantes juntos. Esto correspondería a la forma en que producimos la riqueza juntos.
DEBEMOS PONER A LAS PERSONAS, Y A NUESTRO PLANETA, POR ENCIMA DE LOS BENEFICIOS
Con la gente en el asiento del conductor, las ganancias corporativas ya no serían el número uno. En cambio, las cosas que el pueblo estadounidense piensa que son las más importantes serían lo primero.
Se liberarían suficientes recursos para hacer muchas cosas. Podríamos financiar completamente la educación pública y la atención médica para todos. Podríamos tener transporte público, Seguro Social, matrícula universitaria gratuita y cuidado de niños. Al mismo tiempo, podríamos eliminar el plomo de nuestras tuberías. Nosotros, el pueblo estadounidense, también podríamos establecer otras prioridades.
SOCIALISMO = «LA VIDA, LA LIBERTAD Y LA BÚSQUEDA DE LA FELICIDAD»
En una sociedad socialista, a la gente se le pagaría por el trabajo duro que hacen. Serían recompensados por las iniciativas que tomen. ¿La diferencia? Los peces gordos de las empresas y los gestores de fondos de cobertura ya no podían irse con billones de dólares que pertenecen a las familias trabajadoras.
La guerra, el racismo, el sexismo y la homofobia perderían a sus patrocinadores corporativos.
Podríamos aplicar todo el poder del ingenio y la tecnología estadounidenses para revertir el cambio climático y desarrollar industrias verdes.
La rica y diversa herencia de Estados Unidos podría florecer en la música y la literatura. Los deportes, la danza, el cine y el arte estarían al alcance de todos. Se abrirían oportunidades para que millones de jóvenes contribuyan con sus talentos y energía. Esto resultaría en carreras bien remuneradas y satisfactorias para los jóvenes de nuestra nación. Las pequeñas empresas tendrían un papel que desempeñar en la construcción de esta economía vibrante. Estarían protegidos de las ventajas injustas otorgadas a las grandes corporaciones.
DECLARACIÓN DE DERECHOS BAJO EL SOCIALISMO
El socialismo en los Estados Unidos se construiría sobre la sólida base de la Declaración de Derechos de nuestra Constitución. Esto incluye hacer realidad las promesas de libertad de expresión, libertad de religión e igualdad para todos. Los derechos al empleo, a la atención médica y a la educación también deben estar garantizados por la Constitución. Los sistemas de justicia penal, policía y prisiones deben ser revisados de arriba a abajo para eliminar la disparidad racial.
DERECHO AL VOTO PARA LAS PERSONAS, NO PARA LAS CORPORACIONES
Un sistema político más justo va de la mano con una economía socialista. Para funcionar eficazmente, el socialismo necesita la participación activa e informada del pueblo estadounidense. El pueblo estadounidense ya está de acuerdo en que se debe impedir que el dinero corporativo corrompa nuestro sistema electoral. Diez millones de trabajadores indocumentados son parte de la clase trabajadora de nuestro país. Hay que darles la bienvenida para que participen como ciudadanos en una democracia socialista. De la misma manera, se debe restaurar el derecho al voto de millones de estadounidenses encarcelados, en su mayoría afroamericanos y latinos. En lugar de leyes de supresión de votantes, se necesitan procesos electorales justos. La participación universal de los votantes es la base de la democracia.
Tanto de manera abierta como oculta, la desigualdad racial y el sexismo están incorporados en la estructura de la economía y la sociedad capitalistas de nuestra nación. Erradicarlo es una tarea de todo el pueblo estadounidense. Esa es la única manera en que podemos construir la unidad que necesitamos. Es esta unidad la que nos dará el poder para construir una sociedad justa y democrática para cada uno de nosotros y para las generaciones futuras.
Una sociedad socialista también necesita pesos y contrapesos. Las organizaciones a nivel de base pueden asegurarse de que haya controles democráticos. Nuestro país ya tiene grandes tradiciones de organizaciones de base: asambleas municipales, consejos tribales y gobiernos estudiantiles. Nuestra clase trabajadora ha adquirido una valiosa experiencia en el funcionamiento de sindicatos, cooperativas y cooperativas de crédito. A nivel local, los estadounidenses contribuyen con sus talentos en las asociaciones de padres y maestros, iglesias y organizaciones caritativas.
TENEMOS UNA VISIÓN
Sobre la base de estos conocimientos y experiencia, los estadounidenses pueden tener la confianza de que juntos podemos construir un sistema político y económico del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.
La unidad de los trabajadores de Estados Unidos —afroamericanos y blancos, latinos, asiáticos, indios y del Medio Oriente— es fundamental para nuestro progreso. Hombres y mujeres, LGBTQ y heterosexuales, jóvenes y ancianos deben unirse unos por otros. Esta unidad no puede romperse si se basa en el principio de la clase obrera de «un daño a uno es un daño a todos».
Esta es nuestra visión de un Estados Unidos socialista. Puedes unirte a nosotros. Ayúdanos a hacer realidad esta visión.
