“La crisis general del capitalismo ha vuelto con fuerza en Gran Bretaña y en muchos otros países desarrollados”, declaró el secretario general del CPB (Partido Comunista de Gran Bretaña), Robert Griffiths, en la reunión del Comité Político del partido, apuntado al gobierno socialdemócrata del laborista Keir Starmer…
Juan López Páez. Elcomun.es
“En todos los frentes, desde Estados Unidos y Canadá hasta Gran Bretaña, Francia y Alemania, las clases dominantes y los gobiernos están en crisis. Mientras sus economías se estancan y la crisis climática se profundiza, la extrema derecha avanza, la “democracia liberal” está en retirada y la socialdemocracia está atrapada en un abrazo mortal con las fuerzas del mercado de las grandes empresas, la UE y la OTAN”, declaró.
“El capitalismo monopolista, sus estados y sus partidos políticos están sacrificando las necesidades y aspiraciones básicas de la gente en el altar de las ganancias corporativas, el militarismo y la guerra”, añadió Griffiths.
Tasa de inflación y coste de vida en el Reino Unido 2000-2024
La tasa de inflación del Reino Unido fue del 2,5 % en diciembre de 2024, por debajo del 2,6 % del mes anterior. Entre septiembre de 2022 y marzo de 2023, el Reino Unido experimentó 7 meses de inflación de dos dígitos, que alcanzó un máximo del 11,1 % en octubre de 2022. Debido a este largo período de alta inflación, los precios al consumidor del Reino Unido han aumentado más del 20% en los últimos tres años. A pesar de haber remitido un poco en 2024, sigue afectando a los hogares en 2025. En diciembre de 2024, por ejemplo, el 56% de los hogares del Reino Unido informaron de que su coste de vida estaba aumentando en comparación con el mes anterior, frente al 45% de julio. Tras la espiral de precios mundiales de la energía de ese año, el tope de precios de la energía en el Reino Unido aumentó sustancialmente. El tope, que limita lo que los proveedores pueden cobrar a los consumidores, alcanzó las 3.549 libras esterlinas anuales en octubre de 2022, frente a las 1.277 libras del año anterior. Junto con el aumento de los costes de los alimentos, las elevadas facturas de la energía han afectado duramente a los hogares del Reino Unido , especialmente a los de menores ingresos que gastan una mayor parte de sus ingresos en costes de vivienda.
Acusó al primer ministro Keir Starmer de profundizar la dependencia del Estado con el capital financiero, en un contexto en el que durante los últimos seis meses de 2024 se aceleró la caída de los salarios respecto a una inflación que repuntó,
Griffiths señaló el fracaso del gobierno socialdemócrata a la hora de frenar la crisis del coste de la vida, hacer frente al caos de los fenómenos meteorológicos extremos y emprender una planificación a largo plazo para reactivar la industria, rescatar el NHS (Servicio Nacional de Salud) y resolver la crisis de la asistencia social.
«En lugar de controlar los precios, renacionalizar los servicios públicos e imponer impuestos a los superricos y a los beneficios de los monopolios para financiar una mayor inversión pública, Keir Starmer y sus ministros prefieren pedir prestado aún más a los mafiosos de la City y confiar en los corsarios capitalistas«, argumentó.
En particular, Griffiths condenó la retirada de la prestación de combustible de invierno a millones de jubilados y el retraso en el pago de las pensiones a las mujeres WASPI (siglas en inglés de Mujeres contra la Desigualdad con la Pensión Estatal), las nacidas en los años 50 que llevan años denunciando haber sido víctimas de la cuestionable gestión de la subida de la edad de jubilación para ser equiparada a la de los hombres.
Griffiths también denunció que, si bien los salarios como porcentaje del ingreso nacional (PIB) han caído sustancialmente desde mediados de los años 70, los beneficios de las empresas han aumentado, ya que la tasa del impuesto de sociedades sobre los beneficios de las empresas se ha reducido a la mitad.
“La socialdemocracia está atrapada en un abrazo mortal con las fuerzas del mercado de las grandes empresas, la Unión Europea y la OTAN”, advirtió el secretario general del Partido Comunista de Gran Bretaña, Robert Griffiths, cuestión que queda reflejada en la asistencia del primer ministro británico a la reunión convocada por el Presidente del Consejo Europeo, António Costa, este 3 de febrero que recibió en el Palacio Egmont de Bruselas a los Jefes de Estado y de Gobierno de los 27 Estados miembros de la UE para una «sesión informal de intercambio de ideas» sobre un temario de defensa, además de Keir Starmer, asistió el Secretario General de la OTAN, Mark Rutte para participar en las discusiones. La reunión pretende servir de orientación para el Libro Blanco sobre la defensa europea que la Comisión debe presentar el 19 de marzo.
Estado vasallo
En el libro “Vassal State. How America runs Britain” Angus Hanton muestra el papel dominante que desempeñan las empresas y las finanzas estadounidenses en la posesión y el control de grandes sectores de lo que queda de las industrias británicas. Esta toma de control estadounidense fue aceptada e incluso alentada por sucesivos gobiernos británicos, desde la conservadora Thatcher hasta el laborista Blair.
Hanton muestra que en el segundo año completo de Thatcher en el cargo, en 1981, solo el 3,6% de las acciones del Reino Unido estaban en manos de extranjeros. En 2020, esa cifra era superior al 56%. De todos los activos que poseen las corporaciones estadounidenses en Europa, más de la mitad están en el Reino Unido. Las corporaciones estadounidenses tienen más empleados en el Reino Unido que en Alemania, Francia, Italia, Portugal y Suecia juntos. Las mayores empresas estadounidenses venden más de 700.000 millones de dólares en bienes y servicios al Reino Unido, lo que equivale a más de una cuarta parte del PIB total del país.
Casi 1,5 millones de trabajadores del Reino Unido dependen oficialmente de grandes empleadores estadounidenses; si contamos a los empleados indirectos, como los conductores de Uber y los trabajadores temporales de Amazon, al menos 2 millones de trabajadores del Reino Unido tienen jefes en Estados Unidos (entre el 6 y el 7 por ciento de la fuerza laboral del Reino Unido). En 2020, había 1.256 multinacionales estadounidenses en el Reino Unido, según la definición del IRS de una multinacional como una empresa con más de 850 millones de dólares de ventas en el extranjero.
Inglaterra en el fondo
El economista marxista Michael Roberts explica cómo el capitalismo británico ha desarrollado una ventaja comparativa en el comercio mundial de servicios financieros y profesionales y, como resultado, hay un superávit en el comercio británico de servicios financieros. Pero los déficits en los sectores manufacturero y de otros servicios son aún mayores y, por lo tanto, garantizan que el capitalismo británico sólo pueda pagar sus gastos atrayendo «dinero especulativo» a sus bancos desde el extranjero o desde la inversión corporativa de la UE y EEUU. Desde la década de 1980, Gran Bretaña se ha convertido en una «economía rentista«, acabando con la mayor parte de su base manufacturera y apoyándose principalmente en el sector financiero de la City de Londres y los servicios empresariales que lo acompañan, proporcionando un conducto para la redistribución del capital procedente de los jeques petroleros de Oriente Medio, los oligarcas rusos, los empresarios indios y las empresas tecnológicas estadounidenses
La economía del Reino Unido es ahora la novena economía mundial en términos de producción a precios ajustados al poder adquisitivo y la sexta cuando la producción se calcula a tipos de cambio. Pero el imperialismo británico ha estado en constante declive desde el final de la Primera Guerra Mundial, dando paso al imperialismo estadounidense como potencia hegemónica. Y después de la Segunda Guerra Mundial, el Reino Unido se convirtió cada vez más en un «socio menor» subordinado a Estados Unidos. El declive relativo de la economía del Reino Unido se revela por su caída a largo plazo en el crecimiento de la productividad en comparación con otras economías imperialistas, particularmente en el siglo XXI.
