Paolo Ferrero. Siniestrainrete.info
El déficit económico real entre Estados Unidos y la UE es de 5.000 millones. Leíste bien: ¡cinco! Para reequilibrar este déficit, la Unión Europea acuerda asestar un golpe colosal
El acuerdo firmado entre Trump y Ursula von der Leyen no es un acuerdo sino una traición que establece el papel de la Unión Europea como colonia -o si se quiere un protectorado- de Estados Unidos.
En primer lugar, veamos las cifras. En la retórica de Trump, reproducida y apoyada por los medios de comunicación y los gobernantes europeos, las relaciones económicas entre Estados Unidos y la Unión Europea se describen como completamente desequilibradas y, por lo tanto, los aranceles están legitimados para reequilibrar esta situación injusta. Esta es una mentira colosal, sin ningún fundamento. De hecho, en las relaciones entre Estados Unidos y la UE, Estados Unidos tiene un déficit de 213 mil millones en términos de bienes, pero tiene un superávit de 156 mil millones en términos de servicios y 52 mil millones en términos de capital.
En esencia, el déficit económico real entre Estados Unidos y la UE es de 5 (cinco) mil millones. Lo leíste bien: ¡cinco! Para reequilibrar este déficit de 5 mil millones, la Unión Europea acepta dar un golpe colosal comenzando con aranceles del 15 al 50% para todos los bienes que exporta a los Estados Unidos.
¿Qué sucede en su lugar con los servicios (Google, Microsoft, Amazon, etc., etc.)? Sucede que hace un mes, los países del G7, bajo la presión de Estados Unidos, decidieron no aplicar el impuesto mínimo global a las multinacionales.
Fue una cosa pequeña (15% mientras que cada trabajador o pensionista paga tasas mucho más altas) pero fue algo: aceptaron la solicitud de Trump de no aplicarla y el legendario Giorgetti, un soberanista de 24 quilates del Valle del Po, comentó diciendo que era «un compromiso honorable».
Tras esta primera basura, los corazones de león europeos, hace un par de semanas, durante la discusión del presupuesto plurianual 2028-2034, también eliminaron de la propuesta el impuesto digital, un gravamen destinado a golpear a los grandes nombres de la web como Google, Meta y Amazon.
Después de estas decisiones, las empresas estadounidenses que venden servicios a la Unión Europea casi no tributan ya que todas tienen su sede en Irlanda, que prácticamente actúa como un paraíso fiscal. Emblemático es el ejemplo de Microsoft, que en 2020 obtuvo 314.700 millones de beneficios en la sucursal europea ubicada en Irlanda pero no pagó ni un euro en impuestos. ¡Nada! Cabe señalar, de paso, que el negociador de la UE sobre la fiscalidad de los servicios fue el presidente del Eurogrupo, que casualmente es Paschal Donohoe, el ministro de Finanzas irlandés protagonista de la transformación de Irlanda en un paraíso fiscal solo para los ricos. Cómo confiar al monstruo de Marcinelle la gestión de una guardería…
Obviamente, Estados Unidos no paga nada por los 52 mil millones en transferencias financieras…
A esta basura se suman la compra de «una gran cantidad» de armas no especificadas, 750 mil millones en gas (a un precio muy superior al que pagamos a Rusia) y 600 mil millones en inversiones que la Unión Europea se ha comprometido a hacer en Estados Unidos en los próximos años.
Además de estos aspectos arancelarios, que son suficientes para demoler la economía productiva de la UE, hay otros elementos que no conozco en detalle mientras escribo. Estos son los «obstáculos no financieros al libre comercio» que Estados Unidos siempre ha pedido eliminar y que estaban contenidos en el borrador del TTIP (Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión) negociado hace unos años.
Estos incluyen:
– la abolición de las normas europeas relativas a los alimentos (OMG, carne tratada con hormonas, etc.). Si se confirma esta desregulación, significa que la Unión Europea ha decidido destruir no solo la industria, sino también la agricultura, especialmente la agricultura de calidad.
– La abolición de las normas europeas a través de las cuales se aprueba la comercialización de nuevos medicamentos: para Europa, se aplica el principio de precaución, según el cual un medicamento se comercializa solo cuando se ha verificado que no es dañino. Por el contrario, en los EE. UU. un medicamento se puede colocar inmediatamente en el mercado y permanece allí hasta que se demuestre (imagínese cuánto tiempo, muertes y cuántas demandas se necesitan), se demuestra que es dañino.
No voy a ir más lejos porque no sé si en la noción de abrir los mercados a las empresas estadounidenses, también está la apertura para bancos, compañías de seguros, etc etc… Es probable y en este caso la invasión de las instituciones estadounidenses será impresionante.
Este acuerdo es, por lo tanto, una verdadera traición de Europa implementada por las clases dominantes de la Unión Europea, apoyadas por Meloni y Schlein, a las élites estadounidenses.
Este acto de sometimiento por parte de las élites europeas se puede traducir de la siguiente manera: la Unión Europea, después de haber dañado a la industria europea con sanciones, agrava la situación con los aranceles. Al mismo tiempo, el gran gasto militar a favor de Estados Unidos obligará a destruir el bienestar y privatizar todos los servicios que serán administrados por las compañías de seguros estadounidenses que mientras tanto podrán deambular por Europa sin restricciones. Por último, los principios de precaución relativos a la salud pública y la alimentación probablemente desaparecerán sin tener en cuenta la salud de las personas.
Una verdadera contrarrevolución contra los pueblos europeos llevada a cabo por aquellos que dicen representarnos. Contra este acuerdo, el gasto militar y todo lo demás, es necesario construir un gran movimiento de masas que involucre a todos los estratos sociales involucrados. Y no son pocos.
La lucha por la independencia de Europa de los Estados Unidos, por la participación de los pueblos europeos en el gran movimiento que está en marcha y en el que los BRICS son protagonistas es el camino que podemos y debemos seguir. Porque esta basura es el resultado de un imperialismo en crisis que, por el bien de la humanidad, solo necesita ser superado.
