El viernes 28 de noviembre tuvo lugar en Aldaia, una acto convocado por el movimiento vecinal y la ciudadanía con más que dudas razonables sobre el Plan de desvío del barranco aprobado por el Gobierno socialista y demás administraciones. Plan consistente, entre otras actuaciones, en desviar parte de los caudales canalizados por el barranco de La Saleta que atraviesa la población mediante una tubería subterránea que discurriría por el Barrio del Cristo, daría dos curvas de 90 grados a la altura del cinturón verde y desembocaría finalmente en el cauce del Plan Sur, a través de Xirivella.
El acto lo presentó María Jiménez, portavoz del CLER de Aldaia, quien señaló la importancia de crear espacios de diálogo donde poner en común las alternativas al proyecto, que cuestionen si es la mejor opción y busquen soluciones dialogadas y participativas frente a la reconstrucción impuesta y en particular el Plan de desvío del barranco. Plan técnicamente objetable, con la ley en la mano, ya que el problema fundamental que es que el cauce del barranco no tiene salida más allá de la huerta y su desembocadura sigue siendo un embudo que estrecha y baja de cota conforme se introduce en la población y por el Cunetón que nos vendieron como una solución y se demostró que con alertas rojas inunda barrios enteros, como pasó no solo en la DANA sino en la anterior alerta de octubre de este año.
Seguidamente tomó la palabra María Ángeles Llorente, concejala de EUPV y Teniente de alcalde del Ayuntamiento de Cheste, quien informó del comportamiento diferencial de su Corporación durante la DANA, ya que este municipio si actuó por iniciativa propia estableciendo todas las medidas posibles de atención a la población y que tuvieron que pasar tres días hasta que comenzaron a recibir apoyo de otras administraciones públicas.
A continuación habló Samuel de Ckerck, gestor de emergencias del servicio telefónico de la Generalitat 112, quien resaltó la precariedad de medios y el régimen laboral privatizado de este servicio supuestamente público de la Generalitat, hasta el punto de que durante la DANA fueron múltiples los fallos producidos en la recepción y tramitación de las alarmas recibidas.
Adolfo Lozano, Técnico de la escuela de ingenieros de caminos y miembro de las Brigadas Voluntarias del PCE, realizó una amplia panorámica de lo sucedido el día 29 de octubre del año pasado, explicando con mapas y gráficos los factores desencadenantes y que, junto con la crisis climática que vivimos, se condensan en la práctica de un urbanismo depredador practicado por los sucesivos gobiernos locales y de los restantes niveles. En ese marco, las actuaciones previstas para el municipio de Aldaia -basadas parcialmente en el desvío del barranco- no lo son, en absoluto.
Samuel Romero, ingeniero de caminos y vinculado al movimiento ecologista, apuntó una reflexión de 10 puntos sobre lo sucedido durante la DANA y las propuestas de actuación aprobadas por las administraciones públicas y que, a su juicio, en lugar de paliar acrecientan la brecha de insostenibilidad medioambiental y el deterioro de nuestros ecosistemas, añadiendo un plus de incertidumbre ante los previsibles desastres ocasionados por el cambio climático.
Finalmente, David Carrasco, representante de la Asociación Vecinal del Barrio del Cristo y miembro de Compromís, abundó sobre la falta de participación ciudadana en la planificación de las actuaciones previstas, sobre la imposición de un proyecto de desvío del barranco que se elaboró más de 10 años antes de la DANA y que, pese a las alegaciones presentadas en el corto espacio permitido, se ha preferido mantener como estaba por los responsables políticos de turno, incluyendo un plazo de ejecución que sobrepasará los 15 años. Seguramente, lo que busca este gobierno socialista del Ayuntamiento es dejar constancia de haber hecho algo…
A continuación se abrió un debate muy motivado, girando especialmente sobre la necesidad (anticipada por María Jiménez durante su intervención posterior a los ponentes) de abrir espacios de diálogo vecinal frente a la escasa participación que ofrecieron (y ofrecen) las administraciones en las reuniones informativas del proyecto. Y hay también que organizar posibles respuestas ante una imposición de la administración que sin duda ocasionará en el futuro mayores daños medio ambientales y sufrimiento poblacional, especialmente de los sectores más vulnerables. No puede plantearse una reconstrucción de Aldaia basada en colocar más asfalto y más muros que sigan dividiendo las zonas urbanizadas del municipio y que fueron las causas de los niveles y velocidad del agua que costó la vida a 6 vecinos.
