Pedro Honrubia. Diario-red.com
Trilerismo político. Dícese de la política puesta en marcha por un Gobierno que mueve la bolita del aumento del gasto militar a su interés, de un lado a otro, según su conveniencia, antojo y discrecionalidad, sin que se haya aprobado, y ni siquiera presentado, un proyecto de PGE para ello, sin rendir cuentas, y sin que cualquier movimiento real que se esté dando al respecto pueda ser visto a primera vista y en directo por los ojos de la ciudadanía, mientras te dicen que todo lo que hacen es por tu bien y por el bien de tu seguridad.
Evidentemente,, una política de ese tipo no se puede llevar a cabo más que mintiendo, engañando, usando eufemismos, ocultando información y negando cualquier posibilidad de debate real en el Congreso sobre las principales decisiones que se vayan tomando al respecto. Por eso a este Gobierno lo estamos viendo actuar con hipocresía, demagogia y lleno de contradicciones en sus impostadas alusiones a la “autonomía estratégica” de la UE, cuando en realidad lo que están haciendo es aumentar el gasto militar para cumplir con los mandatos y las imposiciones hechas por el señor Trump y por la OTAN..
Por eso también lo estamos viendo hacer uso de eufemismos en la manera de llamar dicho aumento (“salto tecnológico” en lugar de rearme), con planteamientos fake y argumentos farsantes en la manera de exponerlo a la sociedad (“es por vuestra seguridad”, “en realidad es gasto en ciberseguridad y lucha contra el cambio climático, no en tanques y misiles”, etc.), con mentiras, exageraciones y con fomento del miedo entre la población, en su manera de justificarlo social y políticamente (“hace falta gastar más para tener una Europa mejor preparada para defenderse de la amenaza rusa”, “Putin invadirá Europa”, etc.), y, por supuesto, con cobardía, negación de lo evidente y falta total de claridad y transparencia a la hora de explicar las consecuencias reales que tendrá ese aumento del gasto y de dónde saldrá el dinero para sufragarlo (“no habrá recortes”, “es compatible gastar más en esto con seguir gastando lo mismo o más en gasto social”, etc.). Trileros del más alto nivel.
El último de estos movimientos de bolita, he de confesar que para mí el más vergonzoso e infame de todos los que llevan realizados hasta ahora, lo hemos vivido al conocerse los detalles del Plan anunciado por Sánchez para, supuestamente, “ayudar a las empresas y los trabajadores que se puedan ver afectados por las consecuencias de los aranceles de Trump”. Un plan oficialmente llamado de “Respuesta y Relanzamiento Comercial” que movilizará 7.400 millones de nueva financiación y otros 6.700 millones de instrumentos existentes, 14.100 millones en total. «El Gobierno de España no va a esperar a ver qué ocurre en los próximos días. «Vamos a responder de forma anticipatoria, para estar preparados, con el despliegue inmediato del plan, de modo que, si la tormenta se acaba desatando, España cuente con un doble paraguas: el europeo y el español», explicaba el Presidente Sánchez durante el anuncio de su puesta en marcha. Dicho así, ¿a quién no le puede parecer una buena idea y un movimiento oportuno por parte del Gobierno?
El problema está cuando entramos a conocer los detalles concretos de dicho Plan: lo que se nos ha vendido como algo poco menos que equiparable a las medidas de “escudo social” que se aprobaron por el Gobierno anterior, del que formaba parte Podemos, durante la pandemia y los primeros tiempos posteriores a la guerra de Ucrania y la crisis inflacionaria derivada de la misma, en realidad lo que va a hacer es poner a disposición de algunas empresas unos 6.500 millones en avales y líneas de crédito mediante el ICO y otros instrumentos similares previamente existentes, movilizar 2000 millones para pagar seguros a empresas españolas que se dediquen a la exportación y una recanalización de fondos europeos del Plan de Recuperación, de hasta 5.000M€, para, según lo dicho por el propio Gobierno en el documento de presentación del Plan, “acompañar al tejido productivo en su proceso de transformación, en particular, a través de la facilidad ICO empresas y emprendedores, Fondo de Coinversión y Fondo de Resiliencia Autonómica”. Es decir, para quien todavía no lo haya terminado de entender: cerca de 9000 millones para avales, créditos y seguros, y 5000 millones de fondos europeos para impulsar una especie de proceso de “reconversión industrial” en empresas de sectores afectados por los aranceles.
Y justamente en esta última parte del Plan, la de la reconducción de nada menos que 5000 millones de los fondos europeos, surge la sospecha de que hay algo que no nos están terminado de contar bien, que no están terminando de explicar con claridad y que tal vez oculte algo que, en realidad, no nos quieran todavía contar: ¿a nadie le parece raro que el Gobierno pueda disponer a su antojo, de la noche a la mañana, tan solo unas pocas horas después de que Trump anunciara sus aranceles, de 5000 millones de Fondos europeos, que en un primer momento tenían un carácter finalista muy concreto, para reconducirlos hacia la “reconversión industrial” de empresas en un contexto como el actual? Raro, raro.
Veamos entonces qué dice la nota informativa de Moncloa en relación a estos fondos: “el segundo pilar del nuevo plan consistirá en reorientar la capacidad productiva y relanzarla en el nuevo contexto global, bajo el prisma de la autonomía estratégica abierta. Para ello, se van a recanalizar 5.000 millones de euros del Plan de Recuperación para que, aquellas industrias y empresas amenazadas por el shock arancelario puedan transformar y reorientar sus capacidades productivas hacia nuevos sectores con alta demanda”.
Disposición inmediata de fondos europeos para “reconducir” a voluntad del Gobierno, autonomía estratégica, reorientar la producción a sectores de alta demanda en el momento actual, ¿nos va sonando el lenguaje, el contexto y la forma de proceder, no?.
Para despistados/as: la UE anunció el 19 de marzo de 2025 un nuevo plan para aumentar su gasto en defensa hasta 2030 llamado REARM Europe. Una de las medidas integradas dentro de dicho Plan europeo, que pasó un tanto desapercibida, era la posibilidad que tienen los Estados miembros de la UE de usar “voluntariamente” los fondos de la política de cohesión para financiar su industria militar. Es decir, la posibilidad de usar fondos europeos previamente asignados a otras finalidades para derivarlos (“reconducirlos”) hacia el aumento del gasto militar y de defensa. ¿Existe acaso algún otro Plan o decisión de la UE que permita actualmente a los estados miembros de la UE mover voluntariamente fondos europeos a su voluntad y discrecionalidad? Hasta donde tenemos conocimiento, no.
Así que sí, efectivamente, la movilización de esos 5000 millones de fondos europeos previamente existentes es justamente eso que están pensando: el Gobierno va a movilizar, con la excusa de combatir los efectos de los aranceles de Trump sobre nuestras empresas, 5000 millones de fondos europeos para reconvertir industrias civiles, por ejemplo de sectores como la automoción, hacia el gasto militar, y así poder avanzar sin mucho ruido en el mandato de la UE de aumentar el gasto militar dentro del “Plan Rearme”, y cumplir con el mandato de la OTAN y de Trump de gastar un mínimo del 2% del PIB en gasto militar.
Por si hay todavía alguna duda al respecto, ha sido el propio Gobierno, mediante fuentes del mismo, quien así se lo confirmaba el pasado viernes al periodista Iván Gil, de El Periódico, y que dicho medio publicó en una noticia al respecto: “uno de los pilares del plan del Gobierno tiene que ver con el impulso de la reconversión de la capacidad productiva excedente. Esto es, para reorientarla hacia sectores con más demanda en el nuevo contexto global. Según precisan fuentes de Moncloa, la estrategia de reconversión mira principalmente al sector energético y de la seguridad y defensa. El plan de rearme de la UE, para hacer frente al giro geopolítico de la nueva Administración norteamericana, se incardina así con el plan de respuesta a su guerra comercial.”. Toma ayuda arancelaria.
El Gobierno, sin duda, está perfeccionando su técnica trilera. Esta jugada es de auténticos maestros en la cuestión. Te lo presentan públicamente como un Plan de ayuda a las empresas españolas para combatir los efectos de los aranceles impuestos por el malvado Trump, pero resulta que más de un tercio de lo anunciado es dinero que en realidad no tiene nada que ver con esa finalidad, sino que es dinero, derivado desde los fondos europeos, para avanzar en el objetivo de aumentar el gasto militar, y, precisamente, cumplir con lo ordenado y mandatado, vía imposición de la OTAN, por el malvado Trump. Si esto no es, como dijo en rueda de prensa en el Congreso ayer mismo el Portavoz de Podemos Javier Sánchez, “rizar el rizo del vasallaje y la sumisión de los EEUU”, se le parece mucho.
Este Gobierno ya difícilmente puede dar más vergüenza de la que da con esta cuestión del gasto militar y el sometimiento a las políticas imperiales de los EEUU. Trileros y vasallos de los EEUU a partes iguales. Un Gobierno del PP no lo podría estar haciendo mucho peor.

